jueves, 20 de octubre de 2005

Ni chicha Ni limoná

Esto es curioso, llevo 19 meses sin postear sin embargo no he dejado de pensar en volver a retomar seriamente el tema del blog, pero a la vez me ocurre como a los montañeros o ciclistas a los que les entra la pájara: el final de la cuesta esta ahí, en la punta de los dedos pero el esfuerzo es de tal calibre que se convierte en algo insuperable.

Decía en mi último post que el tiempo quita y da razones. En estos 19 meses han pasado muchas cosas y no ha pasado nada.

Mis augurios sobre el papel de JJ se van cumpliendo, aunque a una velocidad de caracol comparada con la vertiginosidad que se apuntaba en la realidad social de entonces y en mis propias percepciones.

JJ sigue apostando por la "convivencia" pero claro sólo con una de las partes, sin embargo las reticencias de un sector de su partido a aliarse con quien en los últimos tiempos de la anterior legislatura eran parte de su azote, hace que "se la coja con papel de fumar" aunque poco a poco suelte lastre (cosoberanía contra independencia, ideas trasnochadas, etc.). Más aún si cabe cuando sus ideas de la mayoría absoluta se fueron al traste con la gran jugada del PSOE de permitir una lista de la IA.

Alguien en el partido se creyó lo de las anteriores elecciones con Mayor Oreja (transvase de votos de la IA al PNV) y pensaba en repetición, pero la agilidad de la IA volvió a mostrarse como una de sus mayores virtudes. Conseguir 9 escaños no sólo rompía todas las expectativas (incluso las propias, al menos las mías) sino que conseguían poner en evidencia al PNV. No es posible ya jugar a discurso radical y hechos cómodos: hay que elegir, o con unos o con otros. Y la decisión se pagará a la larga.

Lástima lo de Aralar: al final consiguió representación (ya sé a veces soy un poco cruel) por los pelos, pero queda meridianamente claro quién representa a la izquierda independentista (en Euskadi los individualismos, salvo los artísticos, no funcionan).

Respecto al tema de "la solución del conflicto" hablaré en otro momento (espero que no meses) tengo ideas y corazonadas contradictorias, pero no sé, no sé, demasiado silencio.

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